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Envíos seguros con palomas

Publie le Lunes 31 de enero de 2005 par Open-Publishing

Ante los constantes atracos en las carreteras colombianas, un comerciante optó por usar otro medio de transporte para su dinero

Por María Pérez-Plá

Bogotá.- Cuando la mujer de un comerciante de la costa caribe colombiana vio entrar 10 palomas, una detrás de la otra, no lo podía creer. Llevaba más de tres horas esperando en el patio de la casa que Miguel Luna tiene en Barranquilla, dudando de la idea que llevó a su marido a confiarle mil dólares a un puñado de palomas. Sin embargo, ni su marido ni su amigo Miguel dudaron en ningún momento que el dinero llegaría sano y salvo a su destino.

El comerciante amigo de Miguel tiene negocios en la venezolana ciudad de Maicao, cerca de la frontera con Colombia, y por aquel entonces los atracos a autobuses eran frecuentes. "Yo estoy que me retiro, ya me han atracado cuatro veces", le comentó el comerciante a Miguel sin saber que su amigo tenía la solución.

Y así, aunque en un principio el matrimonio dudó, dicho y hecho, el comerciante y Miguel se fueron para Maicao desde Barranquilla con 10 palomas, cada una con su "portamensajes" donde transportarían de vuelta 100 dólares por cabeza, porque, como explica Miguel, "no se puede poner demasiado peso en las patas de los animales".

"Unos dijeron que estábamos locos", recuerda Miguel, pero lo cierto es que el dinero llegó intacto, no sólo esa vez sino otras muchas que ha mandado cantidades menores tanto desde Maicao como desde otras ciudades costeras de Colombia.

Miguel Luna empezó con la cría de palomas hace 10 años, gracias a un amigo que le inició en el pasatiempo y desde entonces las aves sólo le han dado más que alegrías y uno que otro disgustillo con su mujer.

Tiene 30 palomas en el patio de su casa, en un palomar especial al que pueden entrar pero no salir, y algunas más prestadas a los amigos que intentan conseguir aves tan veloces y "cumplidoras" como las de Miguel. Además de los favores a su amigo el comerciante, las palomas son para él motivo de orgullo, pues a cuantas competiciones las ha llevado, ellas han ganado. Su palomo estrella es Látigo Azul , que hizo el trayecto Bogotá-Barranquilla, unos mil kilómetros, en 11 horas, mientras que otras opalomas tardaron "dos o tres días".

Sus palomas, además, le han hecho ganar "platica" de vez en cuando, pues admite que hace apuestas esporádicas con incrédulos que piensan que el pájaro se va a perder por el camino.

Eso nunca ha pasado; y es que las trata muy bien, siempre lleva alguna con él adonde vaya. Las saca del palomar para acariciarlas y como premio les da alimentos con los que no podría soñar ninguna otra paloma mensajera: en lugar de alpiste a veces comen lentejas, guisantes o trigo.

El gusto de Miguel por los animales en general y por las palomas en particular también le ha traído fortuna profesional, pues en la actualidad trabaja para la Sociedad Aeroportuaria de Barranquilla, atrapando a los animales que causan problemas y llevándolos de vuelta a su hábitat natural.

"Este lugar es atractivo para las palomas porque hay transporte de mucho grano y ellas vienen a comerse la mercancía y además hacen sus necesidades por todos lados", explica Mónica Olivares, directora del Departamento de Medio Ambiente de la sociedad. Miguel atrapa a las palomas con una malla y las extrae "sin hacerles daño".

Pero con el tiempo le llegó trabajo extra: decenas de iguanas rondaban los jardines comiéndose todo; también cuando el río crece aparecen algunas culebras y todos estos animales son responsabilidad de Miguel. A sus cuatro hijos también les gustan los animales, pero es el menor de 18 años el que lo acompaña a todas partes y ayuda con la cría de palomas; tal vez a él también le solucionen la vida en el futuro porque como dice Miguel: "Yo tengo mucha confianza en estas palomas".


Fuente: El Universal