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Que el TLC se consulte a los colombianos

Publie le Martes 1ro de febrero de 2005 par Open-Publishing

Por Jorge Enrique Robledo

Existe confusión sobre los alcances del
Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, pues muchos
piensan que sus gravísimas amenazas se limitan al sector
agropecuario y los medicamentos genéricos. Pero, en realidad,
modificará negativamente un sinfín de aspectos claves
de la vida del país, y lo hará mientras dure su vigencia,
que está pensada sea para siempre.

Lo que se firme sustituirá aspectos fundamentales
de la Constitución Política de Colombia, al reglamentar
muchas de las actividades del país en su relación
con los ciudadanos estadounidenses y los de los otros países
con los que Estados Unidos suscriba acuerdos similares. Para hacerse
a una idea de la amplitud de los cambios debe saberse que el TLC
entre Estados Unidos, México y Canadá ocupa 450 páginas
de letra menuda, definiendo una maraña de reglamentaciones.
Y reemplazará la Constitución, porque en el ordenamiento
jurídico colombiano los acuerdos internacionales, una vez
ratificados por el Congreso y aprobados por la Corte Constitucional,
adquieren vigencia de orden superior. En adelante, cuando se vaya
a aprobar una ley o expedir una norma, más que mirar la Constitución
para saber de su legalidad, habrá que observar si lo autoriza
el TLC.

Si Estados Unidos logra clavarle a Colombia lo
que no pudo imponerle a la mayoría de los países del
mundo en la Organización Mundial del Comercio, que es de
lo que se trata con el TLC, el país perderá una parte
medular de su soberanía y, en especial, la que le permite
emplear las mismas palancas que usaron las naciones desarrolladas
para llegar a ser tales. Por ejemplo, desaparecerán los aranceles
y demás mecanismos que protegen al agro, como se sabe, pero
también a la industria, cuyas pérdidas serán
aún mayores, como se deduce de lo ocurrido en los pasados
14 años. Al dárseles "trato nacional"
a los gringos, Colombia no podrá utilizar sus propias normas
para privilegiar los intereses de sus nacionales. Tampoco podrá
el Estado colombiano reservar sectores claves de la economía
para su control o el de los colombianos. Con los tribunales de arbitraje,
a las transnacionales se les creará una juridicidad especial
y hecha a su medida. La suma de los aranceles de 0% más el
incremento de los estándares en propiedad intelectual y patentes
intensificará el grado de barbarie científica y tecnológica
en el que ya se encuentra el país. Al convertirse en "servicios",
es decir, en vulgares mercancías, no podrán ser derechos
ciudadanos la educación, la salud, la cultura y el medio
ambiente. Y pegadas de cambios legales y económicos tan grandes,
vendrán consecuencias sociales todavía peores que
las sufridas en la primera etapa del neoliberalismo.

Para empeorar las cosas, una vez se firme el
TLC será muy difícil echar para atrás las normas
lesivas aprobadas a partir de 1990, pues para hacerlo habría
que denunciar el Tratado. Por ejemplo, durante su vigencia no podrá
derogarse el contenido principal de las leyes 100 y 142, sobre salud,
pensiones y servicios públicos domiciliarios, pues la privatización
es una de las políticas que ratificará y amarrará
el acuerdo.

Si lo que se pretende deroga aspectos fundamentales
de la Constitución Política de Colombia o los torna
insustanciales, haciéndoles daño a tantos, ¿por
qué se tramita como si fuera un tratado internacional corriente?
Si sólo una Asamblea Constituyente puede hacerle cambios
medulares a la Constitución, y ella implica un gran debate
nacional y una elección popular, ¿por qué no
se somete el TLC a un referendo? Y con más razón aún
si se considera que el candidato Uribe Vélez dijo tan poco
sobre el tema en su campaña, que su "Manifiesto
Democrático"
ni siquiera menciona un tratado de
libre comercio con Estados Unidos.

Los próximos 9 y 10 de febrero, los indígenas
del Cauca le van a dar otro ejemplo de democracia y valor civil
al país. Convocados por sus alcaldes, los habitantes de Jambaló,
Toribío, Caldono, Silvia e Inzá votarán sí
o no a la pregunta: "¿Está Usted de acuerdo
con que Colombia firme un Tratado de Libre Comercio con Estados
Unidos?"
. ¿Cuánto tiempo demorará
el Gobierno en advertir que no les preguntará lo mismo a
todos los colombianos?


Fuente: www.macondoonline.com