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Las dos Colombias en el mundo diplomático

Publie le Viernes 1ro de abril de 2005 par Open-Publishing
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Rodríguez Zapatero anunció su disposición de facilitar un proceso de paz con la guerrilla mientras Uribe cerró las puertas, otra vez. “La democracia generosa”, como decía ignorantemente Zapatero, ha creado ese monstruo que ahora esta “saliendo a flote” de las fosas comunes en San Onofre. Los paramilitares, tildados por Human Rights Watch como “La 6ª División” en su informe de 2003 [el ejercito tiene cinco] son responsables de innumerables matanzas, escribe Sally Morales.

Por Sally Morales

El jefe del estado español declaró durante sus siete horas de visita a Colombia su total disposición para facilitar un proceso de paz entre el estado colombiano y la insurgencia. Pero Uribe cierra las puertas por las posiciones intransigentes.

La presidencia ha estado disparando comunicados, utilizando las declaraciones de Zapatero, para tratar de manipular a la opinión nacional e internacional con respecto al panorama colombiano.

“Se pueden conseguir todas las causas, todos los ideales, que solo pueden ser nobles si son democráticos con la palabra, con la democracia, y yo estoy seguro que la sociedad colombiana es una sociedad generosa y su democracia generosa como lo es el Gobierno del presidente Uribe”, decía Zapatero en una de sus declaraciones.

El mismo día de las palabras de Zapatero en el congreso colombiano, el diario El Tiempo publicó un artículo “suave” sobre las macabras matanzas en el municipio San Onofre, del departamento del Sucre, en el norte de Colombia. Los “aliados uribistas” y los defensores del Estado colombiano, los escuadrones de la muerte cuyos jefes en la organización paramilitar AUC, en este momento están tratando de conseguir un “arreglo” de impunidad con Uribe en las negociaciones en el corregimiento de San Ralito. Son sindicados de las desapariciones de más de 3.000 personas solo en el mencionado municipio.

Los paramilitares, tildados por Human Rights Watch como “La 6ª División” en su informe de 2003 [el ejercito tiene cinco] son responsables de innumerables matanzas.

“La democracia generosa”, como decía ignorantemente Zapatero, ha creado ese monstruo que ahora esta “saliendo a flote” de las fosas comunes en San Onofre. Tras cada fosa común que ahora se abre, se encuentran cadáveres de humildes campesinos, victimas de los “defensores del estado colombiano” acusados de ser guerrilleros.

Uno entiende que Zapatero y otros jefes de estados invitados por el gobierno colombiano tienen que declarar su agradecimiento a sus anfitriones, es el mundo diplomático. Pasó lo mismo en Alemania del Hitler.

Pero la lengua puede quemarse en el futuro cuando los enlaces entre Uribe, su gabinete y los paramilitares sean revelados aún más.

Las palabras de Zapatero no tienen avales en los sindicatos, en las juntas de acción comunal en Soacha o en Ciudad Bolívar donde los pobres habitantes son masacrados por los paracos y los uniformados del estado.

¿Y cual democracia representa Uribe donde él mismo acusa a los 2.000 habitantes de San José de Apartadó de ser guerrilleros o sus auxiliadores?

¿Qué impresión, señor Zapatero, tendrán los hijos, familiares y vecinos de los ocho humildes habitantes de San José de Apartadó de un estado y su “democracia generosa” cuyos militares son sindicados por estos habitantes de asesinar con machetes a los ocho en el mes de febrero, despedazarlos con los machetes, entre ellos tres menores de edad?

¿Qué dirán los familiares de los cinco humildes campesinos en Cajamarca, entre ellos un bebé de seis meses, quienes fueron salvajemente “dados de baja” por el ejército en el 2004 a una distancia de sesenta centímetros, según el Procurador General de la Nación?

Hace dos semanas fueron asesinados en Sumapaz tres humildes campesinos, dirigentes públicos y militantes del Partido Comunista Colombiano, por una patrulla del ejército que después fue a entregarlos a la morgue en el municipio de Fusagasuga, con el reporte “dados de baja en combate con la guerrilla”.

¿Sabe Usted que en el mismo páramo de 4.000 metros arriba el mar fueron desnudados varios campesinos en una tormenta de nieve para que dijeran “donde estaba la guerrilla”?

Y el mismo día de su discurso se encontró más cadáveres en San Onofre que ahora llegan a 36. Pero son 3.000 desaparecidos.

Mientras su anfitrión Uribe da estatus político a esos carniceros, cierra todas las puertas a un intercambio humanitario entre la guerrilla y el estado y acusan a los guerrilleros de terrorismo, cuando, como dijo James LeMoyne, el emisario de Kofi Anan al diario El Tiempo, que las raíces del conflicto armado de 40 años en Colombia se busca justamente en la intolerancia total de un estado de terrorismo que elimina a su opositor, no como quiere Usted, con palabras, sino con tiros, con plomo, con bombas de los aviones entregados por El Amo del Norte.

Ese estado de terrorismo es lo que Usted califica de “democracia generosa” que comete secuestros en los países vecinos, como en Caracas en el caso de Rodrigo Granda que llegó a esa capital donde tenía conversaciones con el embajador francés para tratar de buscar una solución al intercambio humanitario.

Uribe exige resultados de sus generales y da todas las facultades para que sus militares fusilan a los dirigentes sindicales, como el caso el 5 de agosto 2004 en Arauca donde fueron “dado de baja” en la espalda con fusiles israelitas.

Uribe es obsesionado, obsesionado no de lograr una solución política negociada del conflicto que desangra el país, sino de seguir fortaleciendo la guerra, basándose en el apoyo de un estado gringo que “solo tiene intereses y no amigos”.

Usted mismo se dio cuenta el carácter guerrerista e imperialista de ese estado en Irak. Por eso retiró su tropa de allá para que no siguiera ser carne de cañón.

Lo mismo pasa en Colombia. Con palabras como “democracia generosa” se prolonga ese conflicto ya que el señor Uribe no tiene la más mínima voluntad de un proceso de paz. Solo rendición y capitulación de la guerrilla que nunca va a ser.

Y como este es un conflicto, como decía James LeMoyne, social y armado, no se puede buscar la solución militar, menos con un presidente con su antepasado en el narcotráfico que no tiene ni voluntad ni interés en la paz.

Y los hijos de los mutilados, los degollados, los “dados de baja” por el ejercito y sus paramilitares, ¿donde estarán mañana? si no en la guerrilla por que, por lo menos se encuentran más seguridad allá que en la ciudad, como decía una veterana guerrillera. Sin embargo pueden levantarse contra un estado de terror.

Y apropósito a la exigencia suya de exigir un cese de hostilidades por parte de la guerrilla, esta bien, pero debe ser bilateral. La misma exigencia se hizo durante el proceso de paz y la guerrilla se mostró positivo mientras el ejército dijo un rotundo “NO”!


ANNCOL

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