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Estamos frente a un desastre de la educación superior pública en Colombia

Publie le Miércoles 4 de mayo de 2005 par Open-Publishing

“Muy mal estamos en cobertura, pero peor vamos a quedar en calidad; de manera que estamos frente a un desastre de la educación superior pública en Colombia”

Con la anterior frase contundente finalizó el senador Jorge Enrique Robledo su intervención en el debate del Senado, hoy martes 3 de Mayo, al que citó a la Ministra de Educación y al Rector de la U.N., para analizar la reforma “Palacios”.

Varias cosas me quedan claras después de haber escuchado con atención este debate:

1) En el actual gobierno son unos verdaderos magos del camuflaje para presentar las reformas; para la muestra un botón: lo que era suprimir derechos ganados por los trabajadores, en la reforma laboral lo presentaron como la solución al problema del desempleo. Ahora, la reforma de la educación pública superior la quieren presentar como un “acto de equidad con los menos favorecidos”. Recortar calidad, nivelar por lo bajo, convertir a la U.N. en una universidad de garaje es, por obra y gracia del ubérrimo y de sus alegres seguidores palacistas, un “acto de equidad”.

2) Lo esencial: La pérdida de calidad es un requisito indispensable para adecuar la actual situación de la educación superior colombiana a las posibilidades de las transnacionales de la educación que, mediante el TLC, entrarán a competir en el mercado educativo colombiano. En lugar de exigirles a esas transnacionales una educación de la calidad que tradicionalmente se ofrecía en nuestro medio, la reforma rebaja lo que aquí se hacía hasta ahora al nivel del bachelor gringo. La desfachatez de la ministra llegó al nivel de presentar como una “bondad” de la reforma, que ahora será más fácil para nuestros estudiantes que se asimilen al sistema gringo y consigan visa para ir a E.U. e insertarse al mercado educativo de ese país.

3) La ministra es una maga para alterar las cifras. Llegó al extremo de afirmar que en Colombia el 55% de la educación superior la maneja el sector público, mientras que el sector privado solamente maneja el 45%. Los mismos congresistas le mostraron cifras de Ascun que contradicen por completo sus afirmaciones.

4) La reforma asimila la educación pública superior al nivel de formación tecnológica capaz de “responder a la realidad del mercado laboral”. Como quien dice, si en un mercado laboral deprimido lo que se necesita es gente que prepare buenas empanadas y choferes de taxi, pues para eso serán buenos en el futuro los egresados de la U.N. y de las universidades públicas. La educación pública superior, en lugar de jalonar e incrementar la calidad del aporte de nuestros profesionales, lo que va a hacer es convertirse en la abastecedora de mano de obra para un mercado deprimido. Hasta Moreno “des” Caro puso en aprietos a la ministra al preguntar si los hijos de los congresistas y de los poderosos del país se forman en universidades, o en instituciones tecnológicas como las que el gobierno quiere de manera indiscriminada (pues la educación tecnológica no es mala per se) para los hijos de los estratos 1, 2 y 3.

5) El rector encargado de la U.N. dejó muy en claro que nuestra Universidad seguirá siendo pública: mala, sin investigadores en los institutos, con catedráticos en lugar de profesores de tiempo completo, con ofertas de un nivel equiparable al de las universidades de garaje, pero, eso sí, pública.

6) La oferta de una universidad de investigación es pura carreta: eliminaron las tesis del pregrado para facilitar que los estudiantes terminen pronto, con el mismo criterio que eliminaron la repitencia en la escuelas y en los colegios. La investigación en las maestrías es carreta: las maestrías serán profesionalizantes (equivalentes a las antiguas especializaciones en 3 semestres, sin tesis) y apenas van a servir para que algunos alcancen el nivel de formación profesional que antes alcanzaban todos en un buen pregrado. El doctorado es carreta: no hay presupuesto para implementar las estrategias de doctorados, y si acaso servirán para que algunos hagan la investigación (p. ej. en psicología) que antes hacían todos los estudiantes en sus tesis de pregrado (el anuncio de que serán en menos tiempo del tradicional es un mal augurio).

7) La intervención del representante profesoral (Orlando Acosta) fue de una gran altura. Dejó al descubierto, con toda claridad, el gran irrespeto de Marco para con la comunidad de profesores de nuestra Universidad. Dejó al descubierto el atropello que se está cometiendo con los investigadores de los institutos; dejó al descubierto la irrealidad de la “universidad de doctorados”. En fin, podemos sentirnos orgullosos de la representación que este colega hizo de todos nosotros en el recinto del Senado.

Conclusión: preparémonos. Ya está listo el terreno. Ya Marco hizo lo que le correspondía. Ahora vendrá el epílogo: ya vendrán los consorcios de la Us. Privadas con las transnacionales de la educación (¿por qué el TLC propone que las instituciones de educación privada no sean empresas “sin ánimo de lucro?); los hijos de los más pudientes estudiarán maestrías y doctorados; la U.N. será como la simpática escuelita; sus egresados se adecuarán al “mercado laboral”.
Pero eso sí: ahora les va a quedar más fácil conseguir visa...

Luis Flórez