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Blair logra tercer mandato laborista, tras buen susto

Publie le Viernes 6 de mayo de 2005 par Open-Publishing

El primer ministro británico, Anthony Blair, exhibe hoy una tercera victoria consecutiva laborista en comicios generales, pero la casi desaparición de la mayoría que disfrutaba su partido hace peligrar su permanencia en Downing Street.

Blair celebra su 52 cumpleaños con una tímida sonrisa, pues apenas cumplió con los pronósticos generales que daban por sentada desde el inicio de la campaña electoral la victoria del partido gobernante, ahora más acosado por conservadores y liberales.

Tras los resultados en 622 de 646 circunscripciones en disputa, los seguidores de Blair retienen 353 escaños, los conservadores 196 y los liberales 61, indicó la cadena de radio y televisión BBC.

Aunque el sistema electoral vigente descarta la repartición de escaños por el voto proporcional, la BBC indica que los laboristas recibieron el apoyo de 36,3 por ciento de los electores, los tories 33,2 y los liberal-demócratas 22,6.

Con esos resultados, cuando era necesario obtener un mínimo de 324 puestos en la Cámara de los Comunes, los laboristas ven desminuida su holgada mayoría de más de 160 diputados por encima de las agrupaciones de la oposición.

Ahora el partido en el poder contará con una ventaja de poco más de 60 bancas, después que a las urnas acudió 61 por ciento de los electores empadronados, dos por ciento por encima de la asistencia registrada en 2001.

Esa situación pone en dudas la posibilidad de que el laborismo conceda a Blair la oportunidad de permanecer al frente del ejecutivo por más de un año, cuando puede ser sustituido por su actual ministro de Economía, Gordon Brown.

La permanencia en Downing Street del actual jefe de gobierno dependía mucho de la actuación de su formación política en las urnas, en medio de denuncias de sus manipulaciones de datos para justificar la agresión contra Iraq, opina la prensa local.

El líder conservador, Michael Howard, basó parte de su campaña en acusar a Blair de llevar al país a la guerra contra el estado árabe en marzo del 2003 sobre la base de mentiras y advirtió acerca de la posibilidad de que lo hiciera en otras esferas.

Los liberal-demócratas, únicos opuestos desde un inicio a la invasión contra la nación del Golfo Pérsico, se presentaron como la única alternativa confiable para quienes se opusieron a esa acción bélica y ahora rechazan la ocupación de ese país.

El nivel de críticas por el tema iraquí fue tal que el Primer Ministro debió reconocer, al menos, que ese asunto dividía a la nación, por lo cual llamó a la unidad y expuso logros económicos de su gabinete en un intento por disipar ese lastre en los comicios.

Al conocer los primeros resultados de la contienda electoral, el dirigente laborista debió prometer que en su tercer mandato escuchará más al pueblo y responderá "de forma sabia" a su mensaje.

Por su lado, Brown mostró abiertamente su descontento por la actuación de su partido en las elecciones, en un intento por destacar la responsabilidad personal de Blair y las posibilidades de un cambio en la dirección del equipo ministerial.

fg/to
Prensa latina