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El aumento de precios recorta el poder adquisitivo. ¡Escala móvil de salarios!

par Lutte Ouvrière

Publie le Martes 14 de agosto de 2012 par Lutte Ouvrière - Open-Publishing

Los despidos anunciados y los futuros no son las únicas plagas que, en este periodo, golpean repetidamente a las clases populares. Están también los aumentos de precios que, día a día, recortan un poco más el nivel de vida de los trabajadores.
No se trata solamente de los precios de los productos de temporada, vinculados a la meteorología sino de los precios industriales.
Los carburantes, por ejemplo, han vuelto a subir. Sin embargo, no cuesta más caro producirlos. Los salarios, el presunto coste acusado de todos los males, de los que aseguran la extracción, el transporte, la transformación, la distribución, no han sufrido incrementos que influyan sobre el producto final. No, el aumento de los precios es simplemente debido a las fluctuaciones en los mercados; eso se llama especulación.

François Hollande (presidente francés NDT), en el curso de su campaña electoral, había prometido intervenir para reducir las consecuencias sobre la población de estas subidas del precio de los carburantes. Pero el ministro de Economía se contenta con agitar la amenaza de proceder durante tres meses a un bloqueo de precios en las gasolineras. Ninguna medida que cuestione los beneficios de las corporaciones petroleras ya que los precios serán bloqueados en el punto final. Y sin embargo, el gobierno tergiversa. Explica que va a llevar a cabo, en un primer tiempo, “un grupo de estudio de análisis y de inspección sobre la formación y la transparencia de los precios del petróleo”. Esto es burlarse abiertamente del pueblo. ¡Como si el gobierno tuviera necesidad de crear algún tipo de “grupo de estudio”! Aunque los ministros hayan cambiado, los funcionarios de los ministerios siguen siendo los mismos. Bastaría pues con pulsar el botón del ratón para tener instantáneamente las informaciones que espera Moscovici para tomar la medida de bloqueo.

Otro aumento de precios anunciado, el del gas, ya que el Consejo de Estado ha decidido, tras una queja de la empresa GDF-Suez, ¡que la congelación de precios del gas que había decidido el gobierno Fillon es ilegal! Los 9 millones de usuarios deberán por lo tanto pagar lo que ha dejado de ganar el trust distribuidor. Son 290 millones de euros que irán a sumarse a los miles de millones de beneficios que tendrá GDF-Suez este mismo año. Estemos tranquilos, el gobierno no está inactivo. Ha conseguido que el pago de los 290 millones sea distribuido en 18 meses. ¡Qué hazaña! ¡Pero nunca se ha visto al Consejo de Estado ni a ningún organismo oficial decretar que la congelación de salarios, de pensiones y de subsidios fuera ilegal, e imponer un reajuste!
Los carburantes y el gas no son los únicos productos que primera necesidad que han aumentado. Al aumento de tarifas ferroviarias, de peajes de autopistas, de electricidad, que dependen a fin de cuentas de una decisión oficial, hay que añadir la de los alquileres y de los productos de consumo habitual.
Frente a todo ello, el gobierno se muestra orgulloso al anunciar que ha reducido el montante de tal o cual subida. Pero esto no nos sirve mucho. Sobre todo cuando los salarios, ellos sí, están realmente bloqueados y, con el aumento del desempleo, el poder adquisitivo de los hogares populares se desploma.
Esta situación no es debida a la crisis, aunque esta crisis haya agravado sus consecuencias sufridas de lleno por las clases populares mientras que los burgueses salen adelante mucho mejor. Esto ni es justo ni normal.
Cuando los precios aumentan, los salarios, pensiones, subsidios, indemnizaciones de todo tipo, deberían aumentar en la misma proporción. Este mecanismo no tiene nada de revolucionario. Existió, a groso modo en Francia, hasta 1982, en muchas empresas importantes. Este sistema de escala móvil de salarios estaba lejos de ser perfecto, pero permitía, allí donde existía, hacer que los salarios no se distanciasen demasiado de los precios.
Frente a la ola de planes llamados sociales, al diluvio de despidos, es necesario reivindicar su prohibición. Pero al mismo tiempo, es indispensable reivindicar el reajuste de los ingresos de las clases populares con los precios sobre las base de un índice establecido por los trabajadores y sus organizaciones. Esta exigencia no deberá ser olvidada en el programa de las luchas que vienen.

Lutte Ouvrière

Voz Obrera

Traducción de F.P.