La tragedia de las pateras

Tras los juegos olímpicos de Londres, Abdi Bile, antiguo atleta somalí popular por haber ganado la única medalla de oro de este país, ha conocido el destino trágico de una de sus colegas. Durante un encuentro publico con el comité olímpico somalí, reveló que Samiya Yusuf Omar, joven de 21 años que había participado en los juegos olímpicos de Pekín en 2008, había muerto ahogada en el mar en su intento de llegar clandestinamente a Europa. En Pekín, ella se hizo muy popular, ovacionada al final de su participación en las series de 200 metros, aunque hubiera acabado la última. Originaria de uno de los países más pobres del mundo, hoy bajo la dominación de los integristas musulmanes, nacida el año en que la guerra comenzó, era la mayor de seis hermanos, huérfana de padre, muerto en la calle. Por todas estas razones, era considerada como un símbolo de perseverancia, de voluntad y de superación.

Esta breve popularidad no le permitió sin embargo escapar al destino reservado a los pobres del planeta. El pasado abril, para huir de la miseria y elegir su propia vida, subió a una “patera”, una de esas embarcaciones de fortuna contratadas por los emigrantes africanos para atravesar el Mediterráneo. Con seis personas más, murió ahogada, intentando subir al barco de los guardacostas italianos. Esta tragedia no es una excepción. El alto comisariado de la ONU para los refugiados estima que más de 1.500 personas han muerto en 2011 intentando llegar a las costas europeas, por 58.000 que han conseguido finalizar la travesía. Desde hace 20 años, más de 18.000 hombres y mujeres habrían perdido la vida de esta manera.

Valérie Fontaine

Lutte Ouvrière

Voz Obrera

Traducción de F.P.