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DIVERSIONISMO IDEOLOGICO

par FREDDY SUBDIAGA

Publie le Viernes 2 de noviembre de 2012 par FREDDY SUBDIAGA - Open-Publishing

Diversionismo Ideológico:
Consagrar el criterio amplio a la visión de la - Unidad en la Diversidad – sin tener claro el objetivo de la transición histórica del modelo de producción capitalista al modo de producción socialista, y, sin fijar la concepción filosófica que orienta hacia ese objetivo, es simplemente Diversionismo Ideológico. Conceptos como: Revolución, Democracia Participativa Revolucionaria, Soberanía Popular, Poder Popular, Patria Nueva, Nación Soberana, Estado de Derecho y Justicia Social, Bien Común, Voluntad Popular, entre otros; Como el Socialismo. Que se hacen muy cotidianos en ese empirismo Psico-estructural de nuestra sociedad venezolana, que se debate entre las dos expresiones de clases que diametralmente están en una constante lucha.
Revolución.- Para interpretar este término, implica ser hábil en el estudio de su etimología, si no nos quedamos en lo que se expanden en el decir común del colectivo social y en las capas intelectualizadas de la sociedad en general, éste se presta para diluir la lucha de clases en un simple entretenimiento de grupos, tendiendo a desvirtuar la lógica científica del cambio del modelo económico explotador (capitalismo) por el modo económico liberador (Socialismo Científico); sin bien es cierto, que este concepto (revolución), define cambio violento, es decir, acelerar la marcha, en relación a los cambios pausados (evolución) que la naturaleza le imprime a la materia (Ecosistema), pero que si observamos éstos se hacen tanta rápidos que son imperceptibles a la vista del ser humano, que consideramos que no está sucediendo nada en nuestro ámbito natural. Así sucede en la evolución, desenvolvimiento y desarrollo del que hacer del género humano politizado y sin concepción ideológica y menos aun sin ubicación en su clase social autentica (Clase Obrera). La diversidad del pensamiento humano es fruto de esa actividad transmutativa identificada con el término revolución, como expresión hereditaria generalizada de las formaciones económicas que nos antecedieron (sociedad primitiva o comunismo empírico, esclavismo, feudalismo y capitalismo). En estos modos de producción surgieron capas sociales que fueron imprimiéndoles elementos divisionistas que a través de millones de años, mediante acercamientos sucesivos, nuestros antepasados comenzaron a establecer ciertas relaciones entre las cosas. Empezaron a hacer distracciones, esto es, a generalizar a partir de la experiencia y la práctica.
Democracia “Participativa Revolucionaria”.- El concepto democracia tiene su origen en el siglo V a. Era. Fueron los griegos quienes inventaron la palabra “democracia”, que significa el gobierno (krásis) de los ciudadanos (demos). En ese entonces la asamblea de los ciudadanos o demos excluía a los esclavos, las mujeres y los niños: así la demos era formada por un grupo minoritario y la democracia se realizaba de manera directa a favor de esa minoría. Y surgió para designar la forma de organización política que adoptaba la polis (ciudad) de Atenas; este régimen fue instaurado después de un largo proceso de reformas y revoluciones. Las y los Comunistas y toda aquella persona que presuma de ser revolucionaria, estamos en el deber de hacer una retrospectiva Psico-dialéctica e histórica, cotejándola con la etapa político-social actual, para visualizar que esas revoluciones a ciencia cierta se han conformado con los retoques de la cosmetología del reformismo burgués y pequeñoburgués, adaptando a la gran mayoría de las masas proletarias a los designios de la minoría ancestral bajo maniobra de la percepción ingenua del gobierno de los ciudadanos (democracia), pero además de esta diversión Psico-estructural-colectiva, que se adjetiva con los términos Participativa y Revolucionaria, pleonasmo de los que hoy con habilidad servil conducen el instrumento del poder político de la clase dominante (Estado Burgués), doblegando así a la mayoría de la población al espejismo colectivo de recibir beneficio, sin romper con ese aparato político burgués de dominación, sin hacer uso exacto del criterio REVOLUCIÓN, cuyo objetivo histórico central es verdaderamente dar el salto de la cultura rentista, consumista, expoliadora y explotadora del capitalismo, pasando a formar la base de la cultura de planificar, organizar, procesar, almacenar, distribuir y controlar social y colectivamente la producción de obras, bienes y servicios, como fruto de la producción de las ciudadanas y ciudadanos para la satisfacción de las principales necesidades de todo ser social productivo. Como expresión genuina del término que hoy se ha puesto en boga “Soberanía Popular”. Que singularmente se ha difundido en la memoria colectiva del pueblo como “PODER POPULAR”.
Ahora bien, éste (Soberanía Popular) escudriñando las luchas históricas de los pueblos para afirmar su existencia y que es en medio de las guerras civiles que dividen a Francia durante el reinado de Enrique III, es cuando nace, con Jean Bodino y su definición de soberanía, una nueva doctrina del Estado. Tres poderes fueron que en el curso de la Edad Media se vieron enfrentados en esa contienda para abrogarse la facultad suprema del poder: la Iglesia, el Imperio y los grandes señores feudales. Con esas luchas se irán afirmando la existencia de los entes que hoy conocemos como Estados y serán las que, en su devenir histórico, irán conformando la concepción clasista de la soberanía, determinando con ello la gestación y nacimiento del llamado Estado burgués moderno. El espiral dialectico e histórico nos da elementos sustantivos para comparar nuestra realidad con aspecto coyunturales en relación a la lucha de clases que se dieron en los siglos que nos antecedieron y, así poder responder a las actitudes de la Iglesia hoy (Religión), al Imperio Norteamericano, y los señores capitalistas. También hacernos la interrogante: ¿Cómo es que en la actualidad se pretenda hacer cambios de un modelo de producción en crisis (capitalismo) sin cambiar la concepción clasista e ideológica de la Soberanía? Conformándonos con la adjetivación del término Popular=pueblo. En síntesis facultad suprema del poder del pueblo (Poder Popular), pero como la tautología del gobierno de los ciudadanos (Democracia) donde no son las y los ciudadanos en general que gobiernan, sino una minoría enclaustrada en el instrumento del poder político de la clase dominante (Estado burgués), que bajo la hegemonía de éste es la que gobierna, mutilando así el ejercicio directo de la soberanía popular de las y los ciudadanos organizados. Los demás términos como Voluntad Popular, Bien Común, Estado de Derecho y Justicia Social; son argumentos distractivos de la cultura escolástica burguesas heredada de esa sociedad que no termina de fenecer para darle paso a la que tiene que emerger de los actos heroicos de las trabajadoras y trabajadores de esta época.
Socialismo.- Si algo hay que aclarar en este proceso de liberación nacional es la utilización del concepto SOCIALISMO. Quien mejor que uno de sus mejores exponente como el camarada Federico Engels, para que contribuya en la orientación de lo que significa este vocablo a ciencia cierta: “El socialismo moderno es, en primer término, por su contenido, fruto del reflejo en la inteligencia, por un lado, de los antagonismos de clase que imperan en la moderna sociedad entre poseedores y desposeídos, capitalistas y obreros asalariados, y, por otro lado, de la anarquía que reina en la producción. Pero, por su forma teórica, el socialismo empieza presentándose como una continuación, más desarrollada y más consecuente, de los principios proclamados por los grandes ilustradores franceses del siglo XVIII. Como toda nueva teoría, el socialismo, aunque tuviese sus raíces en los hechos materiales económicos, hubo de empalmar, al nacer, con las ideas existentes”.
Esta orientación es bien explicita, sometámosla ésta, a la critica revolucionaria, cotejándola con lo que se le está dando el criterio de socialismo, dentro de este proceso de cambio; el reflejo de la inteligencia colectiva se ve sometida a la influencia de la mentalidad socialdemócrata burguesa, que desvirtúa el antagonismo de clase, y, no se supera el desorden de la producción individual como expresión de la base económica de este Estado. Pero además en vez, de romper con las ideas existentes del capitalismo, estos pseudo-socialista reproducen consciente o inconscientemente esas ataduras de la economía capitalista.
En esta visión dialéctica e histórica, percibimos como ha sobrevivido la división no solo del trabajo, sino la Psico-estructural de nuestra sociedad, expresándose en la misma tres clases de seres humanos, de esto podemos hacer un ejercicio mental comparándolo con tres clases de personas que van a los Juegos Olímpicos. La más baja es la que va a comprar y vender, la segunda la que va a tomar parte de la competencia. Pero los mejores son los que solamente van a contemplar. Así es este Diversionismo ideológico, la más baja que es la mayoría, quiere comprar y vender eso que llaman Poder Popular; la segunda, interviene generando cierto bienestar intelectual, siendo bien utilizada por la burguesía denominándola clase media y la tercera es la que disfruta de toda esa anarquía socio-política-económica-cultural.
La propuesta del líder del proceso bolivariano Hugo Chávez, de: Socialismo o nada, Estado Comunal o nada. No debe ser una simple quimera. Es un reto no sólo de los que hoy, detentan como revolucionarios-funcionarios del Estado Burgués, es de elevarse al nivel exigente de una verdadera revolución, donde aquella máxima de Ernesto “Che” Guevara: “En una revolución verdadera se triunfa o se muere”. Es decir, es hora ya, que se le dé y se le respete a la Clase Obrera su rol histórico, para que asuma la Planificación Estratégica de la Producción, como fruto de la dirección política colectiva por las y los trabajadores del proletariado revolucionario. Para poder salir de ese marasmo diversionista ideopolítico pequeñoburgués.

Freddy Subdiaga
Comunista
Miembro del Partido Comunista de Venezuela.