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Perspectivas de nuevos socialismos en América Latina

Publie le Sábado 28 de mayo de 2005 par Open-Publishing

Por James D. Cockcroft*
Rebelión

ponencia para La Primera Conferencia Nacional “La Obra de Marx frente al Siglo XXI,” a realizarse en la Universidad Autónoma de Guerrero en Chilpancingo

 “Los Estados Unidos de Norteamérica parecen destinados a plagar la América de miserias a nombre de la libertad”
Simón Bolívar, 1829

 “Vivimos en una época donde la carta de las Naciones Unidas no es respetada, la legalidad internacional ha sido quebrada y quedan abolidos principios como el de la no intervención en los asuntos internos de los estados y el propio concepto de soberanía. Las convenciones de Ginebra sobre prisioneros de guerra y protección de poblaciones civiles, han sido violadas; los detenidos son torturados y vejados; se ha creado un penal sin ley en el territorio usurpado de Guantánamo y de Irak... Rechazamos que se llame terrorismo a las luchas de resistencia de los pueblos y guerra contra el terrorismo a las agresiones de los opresores”
Llamamiento de Caracas, Encuentro Mundial de Intelectuales y Artistas en defensa de la Humanidad, Caracas, 5 de diciembre de 2004

 “O el Capitalismo nos acaba o construimos el otro camino que el mundo clama, el Socialismo”
Hugo Chávez Frías, programa ‘Aló, Presidente’, 15 de mayo de 2005

En 2004-2005 América Latina ha experimentado avances históricos en su lucha para liberarse del imperialismo estadounidense y crear, en las palabras del presidente venezolano Hugo Chávez Frías, un “nuevo socialismo para el siglo veintiuno”. En abril de 2005 fracasó la gira a América Latina del canciller estadounidense Condoleezza Rice, llamada “la dama imperial” por Chávez. Fue un desastre diplomático parecido a la derrota sufrido por el Secretario de Guerra Donald Rumsfeld cinco meses antes en Quito, Ecuador, cuando la mayoría de los ministros de defensa de América Latina votaron en contra de su plan de un papel mayor en la región para las fuerzas armadas estadounidenses y la unificación de las fuerzas armadas latinoamericanas en “la guerra contra el terrorismo”.

Rice no pudo obtener el apoyo de los cancilleres latinoamericanos por sus planes de terminar las revoluciones en Venezuela y Cuba. El canciller brasilero le exigió a Rice “respeto a la soberanía venezolana”. El presidente chileno le recomendó que “bajara la retórica” sobre Venezuela. Y aún la canciller colombiana, a pesar del papel de su presidente Alvaro Uribe, el bien armado títere del imperialismo en el intento de provocar un incidente fronterizo para justificar una intervención militar contra Venezuela, le informó a la dama imperial que la compra de armas constituye una “decisión soberana de Venezuela.”

Además, Rice no pudo lograr la selección de sus candidatos para la secretaría general de la OEA, primero el ex-presidente salvadoreño Francisco Flores y después el canciller mexicano Luis Ernesto Derbez. Tuvo que aceptar el candidato favorecido por los gobiernos del cono del sur, el chileno José Miguel Insulza. Como cualquier otra dama imperial, Rice manejó sonreír y aún persuadir a Insulza de declarar algo de la preocupación de la OEA sobre Venezuela y Cuba. Así ella celebró la elección de Insulza y la política estadounidense de “unificación” - un típico insulto a la inteligencia latinoamericana.

Durante y después de la gira de Rice, los gobiernos latinoamericanos más ligados al imperialismo cayeron en profunda crisis de legitimidad. Una alianza de fuerzas populares incorporando los indígenas y las clases medias de Ecuador derrocaron al nuevo presidente y títere estadounidense Lucio Gutiérrez, quien huyó a Brasil. En la Ciudad de México una “marcha de silencio” de 1.2 millón personas forzó al gobierno entreguista del presidente Vicente Fox de reversar el desafuero ilegal del candidato presidencial más popular, el alcalde del Distrito Federal Andrés Manuel López Obrador, del Partido Democrático Revolucionario del centro-izquierda. Un movimiento estudiantil y de jóvenes nicaragüenses ganaron una batalla en las calles contra las fuerzas represivas que logró el reverso de una decisión gubernamental de alzar los precios de transporte público.

En Bolivia, el presidente entreguista Carlos Mesa confrontó una nueva gran marcha “Por la Unidad, la Asamblea Constituyente, los Hidrocarburos y las Autonomías para todo el pueblo” movilizada por los líderes del “Pacto de Unidad,” Evo Morales del MAS, Felipe Quispe, y Jaime Solares de la COB, y apoyada por La Central Obrera de El Alto. En Perú, donde el presidente Alejandro Toledo había perdido su popularidad y confrontaba acusaciones de corrupción y nepotismo, un nuevo Frente Amplio de partidos de la izquierda y movimientos sociales impulsó la convocatoria a una asamblea constituyente para crear las bases de un nuevo estado democrático. En Haití, el nuevo gobierno impuesto por una invasión militar de matones duvalieristas patrocinados por los EE.UU. no pudo detener el avance de una ola de resistencia popular contra la presencia de tropas multilaterales.

Aún en Brasil, donde el gobierno del Presidente Luiz Inácio Lula da Silva llevaba a cabo una política económica neoliberal, hubo una serie de nuevos acuerdos económicos firmados con Venezuela. Los sondeos indicaron que la mayoría de los brasileños favorecían el socialismo. Además, el Movimento dos Trabalhadores Rurais Sem-Terra (MST) lanzó en mayo una caminata a Brasilia de miles de personas que ganó una garantía personal de Lula de cumplir con su promesa de asentar 400 mil familias para 2006. El MST se encontró, en las palabras del teólogo Leonardo Boff, “a la cabeza de una gran marcha de la visión alternativa de que otra humanidad es posible” (ALAI-AMLATINA 18/05/2005.)

Mientras tanto, en México el Tribunal Internacional Benito Juárez www.tribunalbenitojuarez.org se reunió los días 25, 26 y 27 de abril. Compuesto de once jueces de la sociedad civil mexicana y de otros países, el Tribunal condenó a los Estados Unidos por sus crímenes de lesa humanidad, terrorismo, y genocidio contra el pueblo de Cuba “en clara violación de los principios consagrados en la Carta Magna de las Naciones Unidas referente a la autodeterminación de los pueblos.” Condenó “la ocupación ilegítima de 177 km. cuadrados de la Base Naval de Guantánamo que constituye un peligro para la paz mundial,” pudiendo ser usado para crear una provocación para justificar una reacción militar estadounidense. Pronunció que la política actual estadounidense contra Cuba constituye “una virtual declaración de guerra” dirigida a la privatización y anexión de la isla como es evidente en las 458 páginas del “Report Powell”, 6 de mayo de 2004, creando la “Commission for Assistance to a Free Cuba” http://www.state.gov/p/wha/rt/cuba/commission/2004/.

Se puede decir que el Estado estadounidense ya había declarado guerra contra toda América Latina y el Caribe desde hace mucho tiempo, especialmente en las últimas décadas de golpes de estado, guerras sucias y el capitalismo no regulado, en efecto un genocidio gradual que el neoliberalismo económico ha llevado a cabo año tras año dejando millones de niños muertos de hambre y plagando América Latina “de miserias a nombre de la libertad”. Claro que el conflicto entre los gobiernos estadounidenses y los pueblos latinoamericanos tiene una historia sangrienta, y es aquella historia que ya se ha madurado al punto de crear perspectivas reales para el desarrollo de nuevas formas del socialismo.

Si Simón Bolívar, José Martí y otros libertadores ganaron las primeras batallas de independencia latinoamericana - la independencia política — son Fidel Castro, Camilo Torres, Che Guevara, Inti Peredo, Salvador Allende, Hugo Chávez, Evo Morales y otros líderes con visiones socialistas quienes han lanzado, junto con fuertes movimientos sociales, la batalla contemporánea para la segunda independencia - la económica. Y esta vez, como en los tiempos de Bolívar y Martí, la meta es un solo país: América Latina y el Caribe.

La primera perspectiva real para un socialismo duradero se revela en la historia de la Revolución Cubana de 1959. Su rápida introducción de reformas socialistas y su internacionalismo de 45 años ha resultado en un notable contraste entre las condiciones socio-económicas de los cubanos y las del resto del continente, incluyendo Estados Unidos. Casi una tercera parte de la población cubana ya tiene grados universitarios; ningún niño está afuera de la escuela; todos los cubanos tienen servicios de salud y educación libres; y 85% tienen sus propias viviendas ya sin necesidad de pagar ni un centavito de renta o hipoteca. Todo este progreso ha ocurrido a pesar de un bloqueo económico y actos terroristas estadounidenses que mataron 3478 cubanos y resultaron en la perdida económica de 79 325.2 millones de dólares. A la vez, hay docenas de miles de médicos, maestros, y técnicos cubanos en varios países del mundo entregando servicios y esperanza a gente pobre.

Una segunda perspectiva real para otro tipo de socialismo, también internacionalista, comenzó en Venezuela con la elección de Chávez en 1998 y la revolución bolivariana. Durante su visita a Cuba en los días finales de abril de 2005, Chávez definió el bolivarianismo en una sola palabra: “socialismo.”

En todos sus últimos discursos, Chávez ha explicado una nueva perspectiva del socialismo, invitando a todo el mundo participar en el debate de cómo “reinventar un socialismo para el siglo veintiuno”. Durante sus reuniones con participantes del Encuentro Mundial de intelectuales y artistas en Defensa de la Humanidad en diciembre de 2004, Chávez recomendó una lectura de las obras de Trotski, quien tuvo razón en su crítica al estalinismo. Chávez se hizo eco del argumento de Trotski a favor de “la revolución permanente” —es decir, una revolución sin “etapas”, evitando cualquier consolidación del capitalismo para pasar más directamente al socialismo. Cómo dijo unas semanas después en el Foro Social Mundial de Porto Alegre, Brasil:

Es necesario trascender el capitalismo, pero agrego yo, el capitalismo no se va a trascender por dentro del mismo capitalismo, no... Es posible trascender el capitalismo por la vía del socialismo y más allá, en democracia ¡En democracia!

A los obreros y campesinos celebrando el primero de mayo de 2005 bajo el lema “Cogestión y Revolución”, Chávez los exhortó a que siguieran tomar control de sus lugares de trabajo, siempre “dentro de la ley” que está sintetizada en la nueva Constitución venezolana y en las acciones del gobierno democráticamente aprobado ocho veces, incluyendo la aprobación del 60% de los que votaron en el referéndum del 15 de agosto de 2004. La cogestión es una forma de control obrero y campesino sobre la producción económica del país. Comenzó con actos espontáneos de obreros en las “tomas” de manufactureros de válvulas, papel, y textiles después de la victoria popular contra el golpe de estado imperialista de abril de 2002 y durante la crisis política y la caída económica creada por el paro de los administradores y sindicalistas corruptos del sector petrolero y otras industrias a fines de 2002 y principios de 2003. En el campo una ofensiva paralela se desarrolló. Respondiendo a este proceso revolucionario rural y urbano surgiendo desde abajo, el gobierno creó las varias “misiones” para ofrecer oportunidades económicas para la mayoría del pueblo en la forma de cooperativas, nuevas empresas pequeñas, escuelas, clínicas, entrenamiento técnico, proyectos de construcción, campañas de alfabetización y más.

En su discurso del primero de mayo, Chávez invitó a los dueños de empresas pequeñas y medianas (y aún algunas grandes donde haya voluntad de tratar a los obreros decentemente) participar en la cogestión, prometiéndoles créditos estatales. Ya se habían creado federaciones de pequeños y medianos empresarios con apoyo estatal en oposición a la FEDECAMARAS, la golpista y tradicional organización de empresarios. También el gobierno había establecido recientemente un tope de 17 mil millones de dólares a la cantidad de reservas internacionales que el Banco Central puede guardar, dejando el resto de las reservas (10 mil millones de dólares) disponibles para los proyectos sociales de la revolución bolivariana. Además, a mediados de mayo de 2005 Chávez anunció que Petróleos de Venezuela (PDVSA) tiene prohibido pagar gastos de cualquier índole a las transnacionales en dólares.

Chávez dijo el primero de mayo que para lograr un nuevo socialismo pluralista y participativo - también “cristiano”, por cierto, porque Chávez es orgulloso de ser “cristiano en lo social” - habría que seguir el camino de una “democracia revolucionaria”. [1] Para alcanzar tal democracia le aconsejó al pueblo movilizarse para las próximas elecciones del congreso nacional y arrollar los viejos partidos corruptos tratando de volver al viejo sistema no-democrático. Así que en Venezuela la perspectiva para un nuevo socialismo parece bastante favorable, siempre sui géneris sin copiar ningún “modelo”, siguiendo el consejo del gran pensador marxista peruano José Carlos Mariátegui.

Pero, como Chávez ha proclamado frecuentemente, ningún proceso de cambio radical puede sobrevivir si se limita a un país. Es imprescindible extender el proceso a otros países, siempre buscando la unidad: el internacionalismo.

En este contexto, según Chávez, ya hay posibilidades reales de cumplir el sueño de un solo estado latinoamericano que Bolívar casi hizo una realidad antes del sabotaje estadounidense de la reunión panamericana en Panamá en 1826. Chávez está dispuesto a ver el estado venezolano desaparecer junto con otros estados para crear un nuevo estado unido de toda América Latina y el Caribe.

Un primer paso en aquella dirección por parte de Venezuela es la formación de alianzas con los países del MERCOSUR y del Caribe, ya fortalecidas por el lanzamiento del ALBA - Alternativa Bolivariana para las Américas. En La Habana para el IV Encuentro Hemisférico de Lucha Contra el ALCA, Chávez y Fidel pronunciaron que el ALBA representa la verdadera integración latinoamericana y la derrota definitiva del ALCA.

La práctica del ALBA es la ayuda mutua para eliminar la pobreza. Por ejemplo, Cuba, Venezuela y otros países están recibiendo petróleo venezolano a precios reducidos y médicos y maestros cubanos en barrios pobres.

Fidel y Chávez han anunciado la firma dentro del ALBA de 49 nuevos acuerdos socio-económicos cubano-venezolanos que transformarán las vidas de la mayoría de sus pueblos. Por ejemplo, debido a la importación inicial de alimentos y otros productos de consumo venezolanos en valor de 412 millones de dólares, es probable que se terminará el racionamiento en Cuba y se creará 100,000 nuevos puestos de trabajo en Venezuela. Otro ejemplo: debido a la participación de médicos y expertos cubanos, habrá la formación de 40 mil médicos y 5 mil especialistas venezolanos en Tecnología de la Salud. Ambos países trabajarán en el diseño de un proyecto continental para eliminar el analfabetismo.

¡Qué contraste entre el desarrollo de “la vida” del ALBA y de “la muerte” del ALCA! Por eso las ideas bolivarianas y socialistas contra el capitalismo neoliberal están “en el aire” en la misma manera que las ideas anti-feudales de la Revolución Francesa dominaron los debates ideológicos hace dos siglos.

Otros pasos hacia la integración y unificación de América Latina y el Caribe incluyen los siguientes: la creación en diciembre de 2004 de la Unión de América del Sur; el desarrollo de Petrosur ligando Venezuela con Argentina y Brasil en la industria petrolera; el lanzamiento multilateral de la alternativa a CNN, un canal de satélite “Televisora del Sur”, una empresa mixta parecida a lo que significa Al-Jazeera en el Medio Oriente; y la promoción por parte de Chávez de una Carta Social de las Américas y un Cártel de Deudores para romper la estrangulación financiera de las economías latinoamericanas. No es por nada que el Segundo Congreso Bolivariano de los Pueblos declaró 2005 “Año de la Ofensiva y Progreso de la Unidad de los Pueblos de Latinoamérica y del Caribe”.

En todas partes se debaten perspectivas de nuevos socialismos y nuevas izquierdas posibles, porque no son solamente imprescindibles sino también posibles. Uno de los intelectuales entrando al debate es el periodista Fernando Ramón Bossi, Director de Cuadernos para la Emancipación www.emancipacion.org, quien tiene una visión del socialismo muy común en América Latina:

Nuestro socialismo del siglo XXI entonces, caminará al ritmo de la conciencia de los pueblos, llevando adelante una profunda batalla ideológica contra el pensamiento capitalista dominante, continuando las históricas luchas por la unidad, la libertad y la justicia del pueblo latinoamericano caribeño, confraternizando con todos los pueblos del mundo, sin perder de vista el objetivo central -la felicidad del pueblo- y forjando, en la marcha, al hombre y mujer nuevo que salvará a la humanidad de la autodestrucción. [2]

Además del proceso bolivariano en América Latina, la coyuntura mundial actual favorece movilizaciones para un nuevo socialismo: los poderes imperialistas confrontando una crisis económica; dificultades militares y políticos para las fuerzas intervencionistas en Irak, Afganistán, las Filipinas, y Haití; varios movimientos sociales creciendo en tres continentes contra la globalización capitalista neoliberal y con ansias de soluciones reales; rechazo popular al estalinismo o el “viejo socialismo” autoritario; desencanto con la mal llamada “democracia” de las sociedades capitalistas; aún dentro de tal “democracia lite” las elecciones de candidatos del centro-izquierda; en breve, reconocimiento que el emperador es desnudo bajo su vestido nuevo de globalización capitalista neoliberal.

Pero todo el mundo sabe que un tigre acorralado no es “un tigre de papel” sino un monstruo sumamente peligroso. Por eso hay una gran amenaza a la humanidad y al planeta: un imperialismo dispuesto al usar armas nucleares y cometer crímenes peores que los ya cometidos. Por eso también el imperialismo tiene América Latina y el Caribe en la mira.

Es verdad como ha dicho Chávez: “O el Capitalismo nos acaba o construimos el otro camino que el mundo clama, el Socialismo”.


* Dr. James D. Cockcroft, Ph.D., Stanford University, es Internet Profesor de la Universidad Estatal de Nueva New York y vice-presidente del Tribunal Benito Juárez que oyó cargos de terrorismo estadounidense contra Cuba a fines de abril de 2005 en la Ciudad de México. Tres veces un becario Fulbright, él es autor galardonado de 35 libros sobre América Latina; globalización; derechos humanos; migración; y la cultura. Sus tres últimos libros son :
(1) AMÉRICA LATINA Y ESTADOS UNIDOS HISTORIA Y POLÍTICA PAÍS POR PAÍS;
(2) SALVADOR ALLENDE TEXTOS ESCOGIDOS;
(3) LA ESPERANZA DE MÉXICO. Como inmigrante canadiense, el doctor Cockcroft es miembro de la Coalición Venezuela Estamos Contigo y de la Coordinadora Internacional en Defensa de la Humanidad.


Nota:


[1Chávez dijo que la “democracia revolucionaria” es un concepto creado por “pensadores latinoamericanos”. En un discurso al E ncuentro Mundial de intelectuales y artistas en Defensa de la Humanidad, 1ª de diciembre de 2004, Chávez citó al autor cubano Roberto Fernández Retamar quien “propone que ese nuevo pensamiento sea llamado la democracia revolucionaria o el democratismo revolucionario digo yo... los pueblos de hoy claman por democracias revolucionarias”. Véase http://www.cubaminrex.cu/Actualidad/INTELECTUALES/Acto%20de%20inauguraci%F3n.asp.

[2Bossi, “Reflexiones sobre el Socialismo del siglo XXI”, Viento Sur, 13 de mayo de 2005 http://www.nodo50.org/espacioandaluz ...