Portada del sitio > ESPEJISMO POLÍTICO, ILUSIÓN SOCIAL Y REVOLUCIÓN ECONÓMICA...

ESPEJISMO POLÍTICO, ILUSIÓN SOCIAL Y REVOLUCIÓN ECONÓMICA...

par FREDDY SUBDIAGA

Publie le Viernes 14 de agosto de 2015 par FREDDY SUBDIAGA - Open-Publishing
1 comentario

ESPEJISMO POLÍTICO, ILUSIÓN SOCIAL Y REVOLUCIÓN ECONÓMICA…

Hagamos un cotejo de los fenómenos políticos, con ese fenómeno óptico de refracción total de la luz cuando atraviesa capas de aire de diferente densidad, y en virtud de ese hecho los objetos lejanos dan imágenes engañosas en cuanto a su posición y situación, dando como resultado un espejismo.
Irónicamente la historia nos demuestra que los vencidos políticos han resultado vencedores económicos. Repensar dialécticamente la evolución, desenvolvimiento y desarrollo de la dinámica política de la especie humana, desde que se dividió en clases, amerita analizar los resultados en constante transmutación partiendo desde la formación económica de la esclavitud, donde la lucha de los esclavos por deslastrarse del esclavista, su victoria política desemboco en el feudalismo, en este modo de producción feudal, los esfuerzos políticos de los siervos le cedieron el paso al capitalismo y en este sistema agobiante, perverso y destructor, el proletariado se viene enfrentando a la burguesía, donde le ha propinado ciertas y pírricas derrotas políticas, pero al final de la batalla política, es la clase burguesa dominante que sale airosa y es la que traza abierta o solapadamente las directrices socio-jurídicas-productivas de acuerdo a sus intereses. Es lo que debemos llamar un espejismo político. Sin obviar o negar a las primeras de cambio, toda esa gama de luz de todas las ramas de la ciencia y en particular la concepción filosófica y científica del marxismo-leninismo que ha atravesado las mentes de las masas del proletariado manual e intelectual. Repitiéndose las contradicciones antagónicas de la lucha de clases, veámonos en el espejo de Grecia, entre otras experiencias de la historia reciente.
Seamos con mayor rigurosidad críticos de la historia pasada, la presente y la que tenemos que construir. El Marxismo-Leninismo se nutrió de la economía inglesa (forma y contenido burguesa de producir y distribuir), la filosofía alemana (interpretación del mundo y su transformación) el socialismo utópico francés (alternativa al capitalismo pero sin eliminar las sociedad de clases, la propiedad privada sobre los medios de producción).
Carlos Marx y Federico Engels, sintetizan de la siguiente manera la continuidad histórica y política de la especie humana:

“Resumiendo, obtenemos de la concepción de la historia que dejamos expuesta los siguientes resultados: 1) En el desarrollo de las fuerzas productivas se llega a una fase en la que surgen fuerzas productivas y medios de intercambio que, bajo las relaciones existentes, sólo pueden ser fuente de males, que no son ya tales fuerzas productivas sino más bien fuerzas destructivas (maquinaria y dinero); y, a la vez, surge una clase (obrera) condenada a soportar todos los inconvenientes de la sociedad sin gozar de sus ventajas, que se ve expulsada de la sociedad y obligada a colocarse en la más resuelta contradicción con todas las demás clases; una clase que forma la mayoría de todos los miembros de la sociedad y de la que nace la conciencia de que es necesaria una revolución radical, la conciencia comunista, conciencia que, naturalmente, puede llegar a formarse también entre las otras clases, al contemplar la posición en que se halla colocada ésta; 2) que las condiciones en que pueden emplearse determinadas fuerzas productivas son las condiciones de la dominación de una determinada clase de la sociedad, cuyo poder social, emanado de su riqueza, encuentra su expresión idealista-práctica en la forma de Estado imperante en cada caso, razón por la cual toda lucha revolucionaria va necesariamente dirigida contra una clase, la que ha dominado hasta ahora; 3) que todas las anteriores revoluciones dejaban intacto el modo de actividad y sólo trataban de lograr otra distribución de ésta, una nueva distribución del trabajo entre otras personas, al paso que la revolución comunista va dirigida contra el carácter anterior de actividad, elimina el trabajo (expoliado) y suprime la dominación de todas las clases, al acabar con las clases mismas, ya que esta revolución es llevada a cabo por la clase (obrera) a la que la sociedad no considera como tal, no reconoce como clase y que expresa ya de por sí la disolución de todas las clases, nacionalidades, etc., dentro de la actual sociedad, y 4) que, tanto para engendrar en masa esta conciencia comunista como para llevar adelante la cosa misma, es necesaria una transformación en masa de los hombres, que sólo podrá conseguirse mediante un movimiento práctico, mediante una revolución; y que, por consiguiente, la revolución no sólo es necesaria porque la clase dominante no puede ser derrocada de otro modo, sino también porque únicamente por medio de una revolución logrará la clase (obrera) que derriba salir del cieno en que se hunde y volverse capaz de fundar la sociedad sobre nuevas bases.”

ILUSIÓN SOCIAL…
Esta suma de fuerzas productivas, capitales y formas de relación social con que cada individuo y cada generación se encuentran como con algo dado es el fundamento real de lo que los filósofos se representan como la «sustancia» y la «esencia del hombre», elevándolo a la apoteosis y combatiéndolo; un fundamento real que no se ve menoscabado en lo más mínimo en cuanto a su acción y a sus influencias sobre el desarrollo de los hombres por el hecho de que estos filósofos se rebelen contra él como «autoconciencia» y como el «Único». Y estas condiciones de vida con que las diferentes generaciones se encuentran al nacer deciden también si las conmociones revolucionarias que periódicamente se repiten en la historia serán o no lo suficientemente fuertes para derrocar la base de todo lo existente. Y si no se dan estos elementos materiales de una conmoción total, o sea, de una parte, las fuerzas productivas existentes y, de otra, la formación de una masa revolucionaria que se levante, no sólo en contra de ciertas condiciones de la sociedad anterior, sino en contra de la misma «producción de la vida» vigente hasta ahora, contra la «actividad de conjunto» sobre que descansa, en nada contribuirá a hacer cambiar la marcha práctica de las cosas el que la idea de esta conmoción haya sido proclamada ya una o cien veces, como lo demuestra la historia del comunismo.
Toda la concepción histórica, hasta ahora, ha hecho caso omiso de esta base real de la historia, o la ha considerado simplemente como algo accesorio, que nada tiene que ver con el desarrollo histórico. Esto hace que la historia se escriba siempre con arreglo a una pauta situada fuera de ella; la producción real de la vida se revela como algo prehistórico, mientras que lo histórico se manifiesta como algo separado de la vida usual, como algo extra y supraterrenal. De este modo, se excluye de la historia la actitud de los hombres hacia la naturaleza, lo que engendra la oposición entre la naturaleza y la historia. Por eso, esta concepción sólo acierta a ver en la historia los grandes actos políticos y las acciones del Estado, las luchas religiosas y las luchas teóricas en general, y se ve obligada a compartir, especialmente, en cada época histórica, las ILUSIONES de esta época. Por ejemplo, si una época se imagina que se mueve por motivos puramente «políticos» o «religiosos», a pesar de que la «religión» o la «política» son simplemente las formas de sus motivos reales, el historiador de la época de que se trata acepta sin más tales opiniones. Lo que estos determinados hombres se «figuran», se «imaginan» acerca de su práctica real se convierte en la única potencia determinante y activa que domina y determina la práctica de estos hombres. Y así, cuando la forma tosca con que se presenta la división del trabajo entre los hindúes y los egipcios provoca en estos pueblos el régimen de castas propio de su Estado y de su religión, el historiador cree que el régimen de castas fue la fuerza que engendró aquella tosca forma social.
REVOLUCIÓN ECONÓMICA…
En otros artículos hemos deseado contribuir en el uso de los términos que hoy siguen en el léxico de las revolucionarias y revolucionarios en esta lucha de clases que se desenvuelve en la Patria de Simón Rodríguez, Simón Bolívar, Ezequiel Zamora y demás héroes y heroínas que entregaron sus criterios y vidas por una sociedad justa… previamente debemos tener la claridad del término REVOLUCIÓN: cuyo significado es acelerar todo ese proceso evolutivo, desenvolvimiento y desarrollo político, social y económico de cualquier sociedad dada, cuyo proceso debe ser conducida por la Clase Obrera. Y desde luego, el concepto de Economía; que para esta premisa nos apoyamos en el camarada Federico Engels:
ECONOMÍA, éste deriva de los vocablos griegos: Oikos (orden) y Nomos (casa). Buena administración doméstica de la producción. Y cuando este término rebasa la frontera doméstica, se convierte en Economía Política, “en el sentido más amplio de la palabra, es la ciencia de las leyes que rigen la producción y el intercambio de los medios materiales de vida en la sociedad humana”.

Es oportuno que las trabajadoras y los trabajadores manuales e intelectuales, que nos consustanciemos con claridad del objetivo histórico como clase obrera, en profundizar sobre la erradicación del modo de producir capitalista y dar los pasos en cantidad y calidad para construir el modo de producir socialista, donde la ciencia y la técnica instrumentos fundamentales para el impulso de optimizar la producción de obras, bienes y servicios, fruto del trabajo colectivo y común de esas fuerzas productivas conscientes de garantizar y satisfacer las principales necesidades de las ciudadanas y ciudadanos de la nueva sociedad venezolana.
Muchos eruditos anticomunistas, determinan que el nivel y calidad de vida de las ciudadanas y ciudadanos en los países “desarrollados” europeos se debe al valor de la moneda extranjera. Ojo esa es otra treta ahistórica y por ende antihumana, forma de ilusión y manipulación de la sociedad burguesa. Obvian éstos avezados apologéticos del capitalismo, que una sociedad con el mejor nivel y calidad de vida, es aquella que desarrollando sus fuerzas productivas, produce lo que se come, el vestido que requiere para protegerse del clima y vivienda para resguardarse de la intemperie.

Volvamos a Marx y Engels:

Esta concepción de la historia consiste, pues, en exponer el proceso real de producción, partiendo para ello de la producción material de la vida inmediata, y en concebir la forma de intercambio correspondiente a este modo de producción y engendrada por él, es decir, la sociedad civil en sus diferentes fases como el fundamento de toda la historia, presentándola en su acción en cuanto Estado y explicando a base de él todos los diversos productos teóricos y formas de la conciencia, la religión, la filosofía, la moral, etc., así como estudiando a partir de esas premisas su proceso de nacimiento, lo que, naturalmente, permitirá exponer las cosas en su totalidad (y también, por ello mismo, la interdependencia entre estos diversos aspectos).
En síntesis y de acuerdo a la teoría materialista, el factor decisivo en la historia es, en fin de cuentas, la producción y la reproducción de la vida inmediata. Ésta producción y reproducción son de dos clases. De una parte, la producción de medios de existencia, de productos alimenticios, de ropa, de vivienda y de los instrumentos que para producir todo eso se necesitan; de otra parte, la producción del género humano mismo, y, con ésta la continuidad de la especie.

Por lo tanto, no debe haber la menor duda, debemos puntualizar en la unidad del proletariado revolucionario para que el aparato productivo de nuestra nación bolivariana, en manos de la Clase Obrera se convierta en la plataforma socioproductiva que permita diversificar la producción, para salir de esa cultura capitalista rentista, excluyente, explotadora y expoliadora, tanto de los recursos naturales como del intelecto innovador, creativo y productivo de la clase obrera.
Cerramos por ahora con nuestro socialista utópico latinoamericano Simón Rodríguez:
“Si los americanos quieren que la revolución política, que el peso de las cosas ha hecho y que las circunstancias han protegido, les traiga bienes hagan una revolución económica, y empiécenla por los campos; de ellos pasará a los talleres y diariamente notarán mejoras que nunca conseguirán empezando por las ciudades….Los que quieren seguir con los privilegios están enfermando a la república… “La enfermedad del siglo es una sed insaciable de riquezas”

FREDDY SUBDIAGA
Militante del Glorioso Partido Comunista de Venezuela.

Mensajes

  • Increible articulo, desde España, mi mas sincera enhorabuena por exponer un tema tan controvertido y tabú, y digo tabú no porque no se llegue a hablar de esto, esque la gente sigue sin saber si quiera pensar, aqui han cultivado la ignorancia, sacan libros de realyties, y la gente va a las presentaciones y alaban los escritores/as. Es una pena, muy grande, a la que pienso que realmente, no existe solución.