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Corea del Norte, esta desconocida casi normal

Publie le Martes 3 de octubre de 2017 par Open-Publishing

di Luigi Pandolfi

Tradotto da Mario Occhinero

Mientras aumenta la tensión a lo largo del paralelo 38, en la prensa italiana, al igual que en la occidental en general, los tópicos dominantes, sobre Corea del Norte, su líder, su aparato del poder, continúan siendo los mismos de siempre: misiles y (presumidas) raridades del régimen. Ciertamente que los misiles los hay, y en estos años han mejorado también la "calidad", como no faltan tampoco aspectos de la sociedad y del sistema político de Corea del Norte che se prestan a miradas aturdidas y lecturas sensacionalistas. Hablamos, sin embargo, de cosas serias, pertinentes desde el punto de vista sociológico, antropológico y económico: nada que ver con engaños como "todos los coreanos están obligados a cortarse el pelo como Kim Jong-un ", por así decirlo.

Sólo una nota: cuando observamos determinados fenómenos, que sean de carácter político-social o cultural, religioso o moral, atribuibles a especificas (o diferentes) formas de civilización o modernización de un país, haríamos bien a sacarnos de los ojos los lentes, bastante gruesos, de nuestros específicos y diferentes estatutos de identidad. De esta manera, tal vez, seriamos capaces de captar lo que es "normal" en una sociedad objetivamente lejana de nuestros lugares y nuestros sentimientos.

El socialismo coreano

¿"Régimen estalinista"? ¿"Último bastión marxista-leninista"? Bueno, hasta cierto punto. Corea del Norte, dentro del sistema de los países socialistas, siempre se ha distinguido por su peculiaridad. E incluso por los logros tangibles en el campo de la industria, la agricultura, la salud y la educación, después de la guerra de 1950-53 que devastó el país, destruyó sus infraestructuras básicas, sus monumentos, y lo que había quedado del aparato industrial dejado en herencia por los japoneses[1]. Disciplina de la sociedad, culto de la personalidad, militarismo, pero también tanta seguridad social para más de 20 millones de ciudadanos, en un país - importante recordarlo- con limitados recursos primarios a disposición (excepto el carbón) y un territorio en gran parte no propicio para la agricultura. Casa, ocupación, sanidad e instrucción para todos, como ejemplo de "factibilidad" del ideal socialista. ¿Cual socialismo, en realidad? Una "vía nacional", en la cual los principios ideológicos del marxismo-leninismo se han combinado con aspectos éticos y de valores, incluso religiosos, de la cultura tradicional coreana, en la cual ocupan un espacio importante conceptos como lealtad, honor, heroísmo, familia y comunidad (Gemeinschaft, según la acepción de Ferdinand Tönnies).

La acería Chollima

A guiar el proceso de construcción del socialismo en Corea del Norte fueron las «Ideas del Juche », simbólicamente representadas en la antorcha roja que arde sobre un obelisco de 170 metros en el corazón de Pyongyang. Son las ideas elaboradas por Kim Il-sung, padre de la patria y venerado como un dios, de quien no se puede hacer menos para comprender no solo el pasado sino también el presente de la República Popular Democrática de Corea. Juche es una palabra compuesta de dos raíces, ju, que significa "maestro", y che, que significa "cuerpo". "Un cuerpo que es dueño de sí mismo"[2], donde para el "cuerpo" hay que entender al pueblo ("masas populares"), la nación. Tres son, de hecho, los pilares fundamentales de esta doctrina: la soberanía política, la independencia económica, la "autodefensa en materia de seguridad nacional"[3].

El objetivo final es el Jajuseung, la plena independencia creadora del hombre (y/o del pueblo-nación). No hay duda de que a influenciar esta construcción ideológica, además de los aspectos culturales tradicionales ya citados, fueron las específicas vicisitudes del país, comenzando por la dominación japonesa. Luego, en un segundo momento, la catastrófica guerra con los Estados Unidos[4]. Va dicho, de todos modos, que en 1948, año de la fundación de la República, mismo en virtud de algunos postulados ideológicos que exaltaban los conceptos de "autonomía" e "independencia" nacional, no era de hecho descontado que el destino de este país fuese el modelo económico y político que tomará forma en los años siguientes. Es suficiente recordar que la constitución del ’48 propugnaba una "democracia avanzada", fundada en el pluripartidismo[5], y non en la dictadura del proletariado. Ella, además, reconocía el derecho de sucesión y la "propiedad privada individual, constituida de la tierra de las pequeñas industrias, de las empresas comerciales de medianas y pequeñas dimensiones, de las materias primas de los productos manufactureros, de la rentas y del ahorro". No solo: favorecía explícitamente "la libre iniciativa creadora de la economía privada".

En fondo, la "creatividad de las masas populares que hacen la historia" era uno de los conceptos llaves del Juche : el hombre, en cuanto ser social, es el dueño de si mismo y "forja" su destino. O sea, que si de un lado va aclarado que la dirección en sentido "socialista" del Estado era implícita en las elecciones políticas de la nueva dirigencia del país (una aceleración la hubo después de la guerra del 1950-53), la total estatalización y colectivización de la economía será constitucionalizada solo en el 1972.

Los treinta gloriosos

También a propósito de la economía coreana, se pueden definir "treinta años gloriosos", aquellos que van desde el fin de la guerra a casi todos los años ochenta. Años en los que el crecimiento se produjo a ritmos muy elevados, consintiendo al país de reconstruir y ampliar el aparato productivo, desarrollar la fuerza militar, asegurar un cierto grado de bienestar a la población, superior al de los estándar que se registraban, en el mismo periodo, en la mayor parte de los países de la región asiática (hasta el 1972 la economía de Corea del Norte era más desarrollada de la del Sur). Suficiente pensar que entre finales de los años sesenta y la mitad de los ochenta la producción industrial creció a una tasa media anual del 16%. En el 1984, respecto a los siete años precedentes, la producción de electricidad y de carbón alcanzaron, respectivamente el 78 y el 50%[6]. En el mismo periodo, la producción de acero creció del 85%, la de las maquinas de trabajo del 67%, la de tractores del 50%, de autos del 20%, de fertilizantes químicos del 56%, del cemento del 78%, del textil del 40%, de los productos alimentarios del 120%[7]. Fueron construidas presas (más de 200), escuelas, asilos infantiles, hospitales (el numero de camas hospitalarias aumento del 60% entre el 1977 y el 1985, mientras el de los médicos por cada mil habitantes alcanzará a 3 unidades, como en Francia, Dinamarca, Israel y Finlandia[8]).

En conjunto, el producto bruto interno aumento de 6 veces (respecto al 1977), alcanzando en 1986 los 2500 dólares por habitante. Una comparación: en 2009, en países como Egipto, Perú, Filipinas, Paraguay y algunas repúblicas de Asia Central, la renta per capita no llegaba a más de 1500 dólares. En toda Asia, la media era de 1700 dólares por habitante[9]. Se tenga en cuenta, de todos modos, que estamos hablando, por el periodo en examen, de una economía rígidamente controlada por el Estado, que prevé, con la participación de las unidades productivas, a dictar la dirección y a definir programas plurianuales, a organizar tanto la producción como la distribución de bienes y servicios, y al que le corresponde la erogación de bienes de primera necesidad (alimentos y vestidos) a los ciudadanos.

Crisis y hambruna

Esto, hasta los albores de los años noventa. La caída de la URSS y de los países socialistas en Europa oriental y, de consecuencia, el fin del régimen de "asistencia mutua" entre ellos (el intercambio en el COMECON, si bien Corea no fuese miembro efectivo[10]), de hecho , provocó una caída vertical de la economía norcoreana, empeoró aun más la violenta hambruna que se abatió sobre el país mismo en esos años, como consecuencia de una serie de lluvias torrenciales y de inundaciones sin precedentes[11]. Fueron los años de las fotos de niños esqueléticos que circulan en diarios y televisiones de todo el mundo, de rostros flacos de mujeres y hombres de las periferias urbanas y rurales, de campos inundados. El sistema va en crisis, no resiste más: el número de personas al que el Estado no logra asegurar ni siquiera el mínimo indispensable aumenta a un ritmo insostenible. Faltan alimentos y carburantes, éstos últimos necesarios para abastecer las ciudades. La energía eléctrica es garantizada por pocas horas al día, se paran las máquinas en los establecimientos industriales y en los hospitales.

Las cifras oficiales hablan de 200 mil muertos, en Occidente esta cifra viene multiplicada por diez. Podría ser que la verdad esté en medio (in medio stat virtus, ¿no?), cierto que hablamos de un gran desastre, de una gran tragedia, que las autoridades (y el pueblo) lograrán atenuar y controlar, solo gracias a las ayudas internacionales. Y a un nuevo curso que será imprimido a la economía.

Reformas y frenos

Se trató, en un cierto modo, de un retorno al espíritu de la constitución del ’48, si bien formalmente, y públicamente, el partido no reconocerá nunca de haberse abierto al mercado, por más que circunscripto. Por otra parte, la del gobierno y del partido, fue solo una aceptación de una situación determinada espontáneamente, en la sociedad, a la que siguieron, en el 2002, algunos procedimientos "permisivos". Retomando el concepto clave del Juche , del que ya hicimos referencia, podríamos decir que el pueblo, de frente a la emergencia, para enfrentar al hambre, recurrió a su "creatividad", de manera de "modificar la realidad y (re)modelar su proprio destino"[12]. Paradojas. Obviamente, no estamos hablando de reformas económicas amplias, sino simplemente de la admisión de pequeños segmentos de mercado, en el cuál confluyen mayormente, productos en exceso, que sobran a los granjeros luego de haber completado su deber hacia el Estado[13].

Más aún, a demostración de cómo las autoridades del régimen estuviesen preocupadas por este nuevo curso, vale como ejemplo el de la reforma monetaria varada siete años después, en2009. El won (KPW) fue drásticamente devaluado, con efectos no benéficos para la economía y ni tampoco para el poder adquisitivo de la población. El razonamiento de las autoridades de Pyongyang: las aperturas al mercado provocarán la formación de ganancias privadas, incompatibles con el socialismo. No solo: la moneda, de mero instrumento de pago, se transformará en una reserva de valor, un bien, capaz de mantener su valor inalterado por un cierto periodo de tiempo. Para suprimir al nacer ésta dinámica (acaparamiento), la única solución es la devaluación de la moneda. La consecuencia de ésta decisión será una contracción del mercado libre, debida a la caída del poder adquisitivo de las familias. En los decenios precedentes, los norcoreanos habían conocido la única forma de inflación posible en una economía centralizada, totalmente controlada por el Estado: un poco de fila adelante de los negocios estatales, cuando la oferta de bienes era insuficiente, inferior a la necesidad real[14]. Con la devaluación, por primera vez, deberán hacer las cuentas con el aumento generalizado de los precios. Salarios congelados, precios en subida. Un dato elocuente, para dar la idea: un kilo de arroz llegó a costar 5 mil won, respecto a un salario medio de 20 mil won mensuales[15].

Atrás no se vuelve

Los dados, de todos modos, habían sido lanzados. Muy pronto la llamarada de la inflación se atenuará, los precios se establecerán, la economía, en su conjunto, recomenzará a crecer, hambre y sacrificios quedaran definitivamente a las espaldas (datos del Programa alimentario mundial tomados en loco confirma que el País ha alcanzado ya la autosuficiencia alimentaria, poniéndose a niveles de los años ’80[16]). Interesante, en este marco, el rol de las mujeres. Son ellas las principales protagonistas del nuevo curso nacional (¡es frecuente que el barbero o afeitador sea una mujer!) Más "libres" de los hombres, que por la mayor parte están ocupados en la industria, en el sector militar, en la agricultura estatal, las mujeres, frecuentemente registradas como amas de casa, fueron la pioneras del comercio al por menor de productos agrícolas, también cuando era todavía ilegal, y del fronterizo con los vecinos chinos.

Este último fenómeno, en particular, ha consentido a quien lo ha realizado de llevar a su casa divisas de valor, yuan y dólares, útiles para afrontar las necesidades de la propia familia y desarrollar ulteriormente la propia actividad, no obstante desde el 2003 la única moneda extranjera oficial, admitida, fuese el euro. Es desde aquí que comienza el cambio, al inicio espontaneo, de necesidad, luego dirigido, que está modificando la fachada de Corea del Norte, rápidamente, "con el espíritu de Chollima"[17], como allí se dice. Desde el pequeño contrabando de fruta y verdura se ha llegado a la gestión lucrativa de particulares en minería e industria, en restaurantes y peluquerías, que, todavía, se mantienen siempre de propiedad del Estado. Las nuevas empresas creadas con capitales privados, envés, son registradas como empresas de Estado, pero, de hecho, pertenecen a quienes las han constituido. Como en el caso de las empresas de transporte, siempre más numerosas en los últimos años, un sector en fuerte expansión.

Uno de los problemas que ha afligido al país en el reciente pasado, como hemos visto, fue el de la conexión entre el centro y la periferia, que ha comprometido el abastecimiento alimentario de las ciudades en el momento de mayor crisis del país. Ahora este problema ha sido casi totalmente resuelto, gracias a aquellos granjeros que, invirtiendo sus ahorros en la compra de un camión o de un tractor de fabricación china, están integrando el deficitario sistema de transporte público. En síntesis: entre gestiones "privadas" y nuevas empresas, casi siempre individuales, las estimaciones más atendibles hablan de un 40% de población englobada en esta especial economía de mercado.

Oportunidades y problemas

A partir del 2010-11, sobre todo en la capital, pero también en otras ciudades, las señales de este cambio, y de las mejores condiciones de vida de los ciudadanos, empiezan a ser muy palpables. Nuevos negocios, restaurantes, estantes llenos, autos (en Corea del Norte existe una casa automovilística, la Pyeonghwa Motors, que hasta el 2012 había producido también algunos vehículos con licencia Fiat) y bicicletas eléctricas, celulares, una variedad de mercaderías nunca vista antes. Hoy el 80% del abastecimiento de bienes de primera necesidad pasa por mercados privados. Los mercados periódicos (Golmikiang) son tolerados y, por debajo, impulsados. Crecen también las inversiones extranjeras (son ya decenas las empresas europeas que han invertido en Corea del Norte en estos años, contrastando la decadencia de las viejas "zonas económicas especiales" surgidas sobre la base de inversiones chinas y surcoreanas[18]), no obstante el embargo estadounidense. Gran fermento también en el sector de las construcciones. Desde 2012 hasta hoy, en la sola Pyongyang, surgieron 18 nuevos rascacielos de 50 pisos cada uno y fueron construidos millares de nuevas apartamentos para la población. Entre estos, los reservados a técnicos y trabajadores empleados en la construcción de vehículos espaciales Unha (Unha Scientists Street) y de satélites Kwangmyongsong (Wisong Scientists Street)[19]. No solo apartamentos, entonces. En el mismo periodo fueron realizadas también nuevas obras publicas de una considerable dimensión, como el Mansudae People’s Theatre y el espectacular parque acuático Munsu, el aeropuerto Sunan (fue reestructurado y modernizado) y el futurista Centro de la Ciencia y la Tecnología a forma de átomo, el modernísimo hospital pediátrico de la capital, orfanatos más acogedores.

¿De dónde obtiene los recursos Kim Jong-un para estas obras? Si la economía de este país es un colador, como es posible que sus dirigentes puedan destinar, contemporáneamente, tantos recursos al desarrollo de nuevas y más sofisticadas tecnologías militares, al fortalecimiento y la modernización de la edilicia residencial y sanitaria, a la escuela, al aumento de las estructuras para la diversión de sus ciudadanos? Algunos observadores propenden por una lectura que tenga en cuenta de los "nuevos ricos", llamados donju (dueños del dinero), esos que supieron aprovechar de las "reformas" de los primeros años dos mil: colaboración financiera con el Estado en cambio de mallas más amplias para sus actividades, incluida la de la compra y venta de "derechos de residencia"[20], un fenómeno en crecimiento según muchos analistas.

En realidad, en los últimos tres años se asistió a un aumento importante de las inversiones estatales para nuevas infraestructuras, que va desde un + 4,3% en el 2014 hasta un + 13,7% en el 2016. Datos que van leídos junto a los del crecimiento del Pib (+3,9% en el 2016, el más alto de los últimos 17 años[21]) y de la balanza comercial, más dinámica que en pasado. El intercambio con China -principal socio comercial del país - en 1999 era de apenas 370 millones de dólares, ahora alcanza los 6.000 millones de dólares. Es más fácil reconocer que la economía va mejor, o sea, con consecuente expansión del balance estatal (nuevas y mayores entradas), que buscar respuestas en quien sabe cuales inconfesables tramas entre burocracias, donju, contrabandistas, especuladores locales y extranjeros. Sin subestimar el hecho que el cálculo de los costos de realización de una obra en un país como Corea del Norte no puede ser hecho como para un cualquier país capitalista. A parte de la utilización de materias primas provenientes de establecimientos y mineras estatales (el país es un gran productor de cemento), ocurre considerar el trabajo civil que realizan los soldados y el "voluntario". Los principales problemas de este nuevo curso se llaman crecimiento de la desigualdad, disparidad de acceso a bienes de consumo, y entre la ciudad y las zonas rurales. Para un país capitalista nada de extraño, para los norcoreanos una situación del todo desconocida hasta hace veinte años.

El Estado, con sus precios simbólicos, no está en condiciones de satisfacer todos los indispensables géneros de primera necesidad. Pero en el mercado semioficial (Golmikiang) algunos productos pueden llegar a costar hasta 100 veces más[22]. Un problema muy presente en los documentos oficiales del gobierno y del partido, en los cuales emerge la convicción de que el Estado deberá mejorarse en los próximos años en el sector alimentario. En ocasión de la última sesión del parlamento[23], el primer ministro Pak Pong-ju, además que sobre la "escasez aguda de electricidad", que impondrá un aumento de la producción de carbón, nuevas y más eficientes centrales hidroeléctricas y una expansión de la producción de energía de fuentes alternativas[24], se concentro en la necesidad, ahora que la autosuficiencia cerealera fue alcanzada, de mejorar el estándar de vida de los ciudadanos, aumentando la diversidad y la calidad de los productos disponibles para el consumo de masas, "a empezar por la carne, leche, fruta, hongos y verduras"[25].

¿Adónde se dirige Corea del Norte?

En general, hablamos de un país, que, no obstante el aislamiento y el embargo, al neto de las necesidades del sistema de defensa (el porcentaje del presupuesto estatal destinado a la defensa corresponde al 15,8%), está mucho mejor que en el pasado, sobre todo reciente, y continua a invertir mucho en la investigación y en la escuela, en la sanidad, en el futuro de los jóvenes. Algunos ejemplos. El número de médicos y camas hospitalarias por cada mil habitantes en el 2003 era respectivamente de 3,29 y 13,2 (en Corea del Sur era de 1,96 y 12,3 en el 2008), números coincidentes, y en algunos casos incluso superiores, a los de algunos países occidentales (en Alemania es, respectivamente, de 3,53 y 8,17)[26]. La expectativa de vida al nacer (70) años es más baja que en los principales países occidentales, pero en linea y, en algunos casos, superior a la de algunos, importantes, países asiáticos. La cifra para la instrucción y la cultura (y las artes) ocupa, respectivamente, el 9,2 y el 6,8 del presupuesto estatal (en Italia en el 2014 era el 7,9 y 1,4%), a demostración de una atención particular a las futuras generaciones.

Recientemente, la educación obligatoria, totalmente gratuita, fue llevada a 12 años (era de 11 años), entre la escuela primaria, media y superior, con el relativo incremento de costos para la edilicia escolar, la compra di computadoras, software, nuevos aparatos mecánicos y de precisión. La escuela y los jóvenes. Puede ser que mismo de aquí sea necesario iniciar para comprender cuanto sea real el consenso hacia el régimen y el nuevo líder, el "Brillante compañero"[27] Kim Jong-un, y dónde está yendo Corea del Norte. Si bien los tonos parecen muy encendidos, el conflicto con los Estados Unidos de Trump hacen volver en mente al mantenido con Bush a comienzo de los años dos mil. Una película ya vista, aunque siempre peligrosa.

Detrás de la escalada militar, hay aun, un país en movimiento, con más oportunidades, más riqueza y, dentro de los límites del sistema, más libertad. Entre el 2010 y el 2012, un profesor de historia australiano, Stewart Lone, tuvo la oportunidad de enseñar ingles en dos escuelas de Pyongyang. Leyendo su bella narración de esa experiencia[28], extremamente humano, me han tocado tres pasajes, que encierran desde mi punto de vista el sentido de cuanto está aconteciendo por esos lados. El primero: "los jóvenes amaban escuchar las historias personales y, cuando les invité a contarme de sus héroes muchos hablaron de la madre".

El segundo: "Mientras paseábamos por el centro, propuse al Maestro Kim de entrar en un negocio que vendía un poco de todo: alimentos, bebidas, muebles, grandes y pequeños electrodomésticos. Mientras dábamos una mirada a los objetos en venta, Maestro Kim me dijo que el día siguiente era el cumpleaños de Manager Kim, mismo en ese momento, Manager Kim estaba acariciando una botella de Chivas Regal y comentaba en voz alta: "Yes, Chivas Regal-very good, very fine".

El tercero: "Todos los alumnos de mi clase tenían una computadora en casa. Jugaban a los video-game, y el juego preferido era FIFA World Cup. Cuando íbamos de excursión muchos llevaban maquinas fotográficas digitales y tantos jóvenes tenían el celular. La diferencia es que los jóvenes de Pyongyang no son esclavos de las modas, no piden de tener el último modelo de un objeto para deshacerse del que compraron el año pasado". El peso sostenido por las mujeres durante la crisis y su rol actual en la sociedad; la mayor disponibilidad de bienes de consumo, incluidos productos occidentales y de marca que aun no están al alcance de todos; la "normalidad" (y la vivacidad) de los niños, de los jóvenes, de los estudiantes, que en cambio (todavía) no están vencidos por la cultura consumista. La nueva Corea del Norte en tres fotogramas. Un país sui generis, pero no el infierno que en tantos se apresuran a describir.

Notas

[1] La dominación japonesa va desde el año 1910 al 1945, año en que se registra la derrota de Japón en la Segunda Guerra Mundial.

[2] Dino Fiorot, El sistema político de la República Popular Democrática de Corea (R.P.D.C.), CEDAM, Padua, 1994

[3] Kim Jong Il, Sobre el socialismo coreano , Laboratorio político, Nápoles, 1994.

[4] 1950-1953.

[5] En el art. 13 de la constitución del 1948, párrafo 2, dispone:«El ciudadano puede organizar y/o participar en partidos políticos democráticos, uniones sindicales, cooperativas y asociaciones deportivas, culturales, técnicas, o científicas."

[6] Dino Fiorot, El sistema político de la República Popular Democrática de Corea (R.P.D.C.), CEDAM, Padua, 1994

[7] Ibídem

[8] Fuente: CIA (Central Intelligence Agency) World Factbook

[9] World Bank, World Development Indicators, año 2009

[10] Consejo de mutua asistencia económica (abreviado COMECON), instituido en el 1949 y disuelto en el 1991.

[11] El periodo más duro es el que va desde el 1995 hasta el 1997, pero los efectos de la hambruna se harán sentir hasta los años sucesivos, por buena parte de los primeros años dos mil.

[12] Kim Jong Il, Sobre el socialismo coreano, Laboratorio político, Nápoles, 1994.

[13] Actualmente los granjeros se quedan con hasta el 70% de la cosecha.

[14] John Kenneth Galbraith definio este fenomeno como «inflación socialista».

[15] Piergiorgio Pescali, Corea del Norte: ¿Cual sociedad deja Kim Jong Il? (Http://pescali.blogspot.it/).

[16] Food and Agricultural Organization/World Food Programme, Crop and Food Security Assessment Mission to the Democratic People’s Republic of Korea, November 28, 2013, http://documents.wfp.org/stellent/groups/public/documents/ena/wfp261353.pdf

[17] Chollima es un caballo alado inalcanzable de la mitologia coreana. La metafora fue acuñada por Kim Il Sung en el 1956 para fomentar la tarea de reconstrucción del país, después de las devastaciones sufridas durante la guerra.

[18] Para el 2017, los ingresos de las zonas económicas especiales deberían crecer solo del 1,2%, mucho menos del 4,1% del año pasado.

[19] Oliver Wainwright, “The Pyonghattan Project: How North Korea’s Capital Is Transforming Into a ‘Socialist Fairyland’,” Guardian, 11 de Septiembre del 2015.

[20] En Corea del Norte no está permitida la propiedad de la casa, o sea que el mercado inmobiliario se refiere al derecho de habitación. Es como si en un país capitalista envés de vender la "propiedad" fuese vendido el "derecho de usufructo”.

[21] Fuente: Bank of Korea

[22] Piergiorgio Pescali, En Corea del Norte, "popular" gracias al mercado, Il Manifesto, 12 de mayo de 2017

[23] Abril de 2017

[24] El objetivo es el de una reducción significativa en los próximos años de la dependencia de las importaciones de petróleo.

[25] Ruediger Frank, The North Korean Parliamentary Session and Budget Report for 2017, http://www.38north.org, april 28, 2017

[26] Fuente: CIA (Central Intelligence Agency) World Factbook.

[27] Como su abuelo Kim Il-sung era llamado “Grand líder” y su padre Kim Jong-il el “Querido líder”.
[28] Stewart Lone, Pyongyang Lessons: North Korea from Inside the Classroom, CreateSpace Independent Publishing Platform, 19 abril de 2013.

Per concessione di Tlaxcala
Fonte: http://www.tlaxcala-int.org/article.asp?reference=21645
Data dell’articolo originale: 28/09/2017
URL dell’articolo: http://www.tlaxcala-int.org/article.asp?reference=21685