> El dolor por la vida... o el carnaval de las miserias...
12 de julio de 2005, 16:19
Conmovedor su artículo Sr. Martín Guédez. Me sentí atrapada por el sentimiento que tras sus palabras va transcurriendo el escrito y que dolorosamente sean utilizadas las personas fallecidas por los que se llaman "guardianes de la vida y la seguridad" y los medios de información ¿? los han utilizado con el sólo ánimo de desprestigiar al gobierno. No puedo sino que condenar un hecho tan abominable así como todos los que atentan con la vida humana, especialmente si de jóvenes se trata. Igualmente como condenamos las atentados terroristas y las muertes, tanto de unos como de otros y no podemos olvidar Falluya, arrasada y su gente masacrada por el peor de los pecados capitales: La mentira, por el simple hecho de estar enclavada en uno de los países a quienes el imperio le tenia su vista apuntada. Así también nos sentimos nosotros, bajo la lupa. Y el poema de ese insigme poeta venezolno Andrés Eloy blanco, no nos deja sino el sabor más amargo de la injusticia. Hijos somos todos...en una u otra forma... Perdone mi extensión, aunque podría decir más.
Elisa
Conmovedor su artículo Sr. Martín Guédez. Me sentí atrapada por el sentimiento que tras sus palabras va transcurriendo el escrito y que dolorosamente sean utilizadas las personas fallecidas por los que se llaman "guardianes de la vida y la seguridad" y los medios de información ¿? los han utilizado con el sólo ánimo de desprestigiar al gobierno. No puedo sino que condenar un hecho tan abominable así como todos los que atentan con la vida humana, especialmente si de jóvenes se trata. Igualmente como condenamos las atentados terroristas y las muertes, tanto de unos como de otros y no podemos olvidar Falluya, arrasada y su gente masacrada por el peor de los pecados capitales: La mentira, por el simple hecho de estar enclavada en uno de los países a quienes el imperio le tenia su vista apuntada. Así también nos sentimos nosotros, bajo la lupa. Y el poema de ese insigme poeta venezolno Andrés Eloy blanco, no nos deja sino el sabor más amargo de la injusticia. Hijos somos todos...en una u otra forma... Perdone mi extensión, aunque podría decir más.
Elisa